martes, 28 de abril de 2009

NICOLE

LA MIRADA DE MI SOBRINA
MENDOZA
ARGENTINA
by Julieta Pesci

PUERTA

Museo Carafa
Córdoba
Argentina

AGUA


El cambio climático afecta entre otras muchísimas cosas a la reserva más grande de tigres, en Bengal, India, que han tenido que emigrar en busca de agua, comida y protección.

El incremento de la temperatura (1ºC en el último siglo), aumento del nivel del mar (dos o tres milímetros al año desde 1980) por efecto del deshielo y alteraciones en el patrón pluvial (más lluvias en algunas zonas y más sequía en otras), son los síntomas de los fenómenos extremos que configuran la nueva identidad del clima en el Caribe y América del Sur, de acuerdo con el último informe del Banco Mundial (BM). Sin titubeos, la entidad multilateral de crédito ha advertido que si no se actúa para mitigar los efectos y detener el cambio climático, Iberoamérica será más pobre e improductiva. Y padecerá el mal de los males: la falta de agua potable.



El número de personas afectadas en el mundo a causa de desastres relacionados con el clima podría aumentar en un 50 por ciento para 2015, hasta alcanzar unos 375 millones de damnificados, según revela la organización Oxfam Internacional en el informe ‘El derecho a sobrevivir. El reto humanitario del siglo XXI’

Entre 1998 y 2007, el 98 por ciento de las personas afectadas por los denominados desastres naturales sufrió las consecuencias derivadas de fenómenos relacionados con el clima, como sequías, inundaciones o terremotos. Con todo, la organización asegura que “muchas más personas podrá verse afectadas en un futuro ya muy próximo”, a medida que el cambio climático y la mala gestión del medio ambiente provocan una proliferación de estos desastres. Asimismo, prevé que aumentará las persona vulnerables a los desastres debido a la pobreza y a la ubicación geográfica.

Las viejas enfermedades se expanden
Los autores del informe aseguran que cambio climático en Iberoamérica será sinónimo de cambio en los tiempos de reproducción y de distribución de las especies. A esta velocidad de modificación del clima, la productividad agrícola de Sudamérica -cuya economía depende de los cultivos- caerá entre un 12% y un 50% en el siglo XXII, y enfermedades antiguas como el dengue y la malaria se trasladarán a nuevos lugares. El BM cree que, lejos de erradicarse, el dengue crecerá un 21% hacia 2050 y hasta un 64% hacia 2100.
Las calamidades que enfrenta Iberoamérica como consecuencia del cambio climático no guardan relación con el pequeño porcentaje de dióxido de carbono con el que contribuye al deterioro del medioambiente. Sudamérica y el Caribe son responsables sólo del 12% de las emisiones globales. El BM considera que, auxilio internacional mediante, este porcentaje podría disminuir de manera considerable y hasta desaparecer con políticas que promuevan el transporte público y la generación de energía renovable, un potencial de la región. El informe subraya el ejemplo de Brasil, que ha dado pasos decisivos en la senda de las energías alternativas como la hidroelectricidad, el etanol y el biodiesel.
Pero el gran cambio que debe emprender Iberoamérica para contener el cambio climático requiere -insiste el BM- una inversión sincronizada en infraestructura para almacenamiento de agua, alcantarillado, control de inundaciones y sistemas de salud pública. El gran cambio no ocurrirá sin el aporte económico de los países desarrollados.

CORDOBA ARGENTINA

By Sasha Pesci



MENDOZA. ARGENTINA


by Viviana Ferreyra